Nuevas necesidades inmobiliarias derivadas del COVID

Es indudable que la pandemia ha cambiado nuestra forma de vivir, prioridades, etc. La vivienda no ha escapado a esta transformación y a las nuevas necesidades inmobiliarias de la población.

Son muchos los que, a raíz del confinamiento, han decidido cambiar de hogar y/o de lugar de residencia, porque han empezado a echar de menos espacios en el hogar que en antes no necesitaban.

Pero ¿Cuáles han sido los principales cambios que se han producido?

1. Caída de precios.

Al contrario de lo que podríamos pensar, la caída en el precio de la vivienda no ha sido tan drástica como la del 2008. De hecho, en esta ocasión, el mundo inmobiliario no ha sido el foco de la crisis que estamos viviendo.

Entre los motivos de que el precio no haya bajado tanto es que las políticas que han aplicado los gobiernos (nacionales e internacionales) y la rigurosidad de los bancos a la hora de conceder créditos.

2. Concesión de créditos..

Como hemos mencionado en el punto anterior, los bancos se han vuelto más estrictos a la hora de dar hipotecas.

Se aseguran de que el cliente sea solvente y pueda hacer frente a la hipoteca durante una situación complicada. Además, ya no se concede el 100% del crédito hipotecario, sino que el prestatario tiene que aportar una cantidad inicial.

3. El tipo de vivienda demandada por las necesidades inmobiliarias.

Debido a que estamos pasando más tiempo en casa e incluso teletrabajando en el caso de mucha gente, el cliente busca hogares más grandes y con nuevos espacios.

Ahora se buscan viviendas con más habitaciones para montar un despacho, terrazas o jardines donde disfrutar al aire libre sin salir de casa, salones más espaciosos para pasar tiempo de ocio con la familia y amigos…

Además, también buscan cocinas más grandes porque a raíz de la pandemia han cambiado los hábitos de alimentación, con comidas más saludables y elaboradas.

4. Cambio de la localización de la vivienda.

Las razones mencionadas en el punto anterior están haciendo que la gente se mude de barrio e incluso de ciudad. El motivo es que este tipo de viviendas son más caras y para encontrarlas a precios asequibles hay que irse a las afueras de la ciudad.

Es por ello por lo que la gente se está mudando a barrios residenciales e incluso a ciudades más pequeñas o a pueblos, donde es más fácil contar con este tipo de inmuebles y más número de zonas verdes y grandes espacios.

5. Qué perfil tienen los compradores.

Como consecuencia de las crisis económica provocada por la COVID 19 el tipo de demandante de viviendas ha cambiado considerablemente.

Le gente más joven está teniendo problemas laborales y, por tanto, de ahorro y estabilidad económica. Es por ello por lo que los nuevos compradores son personas con un poder adquisitivo mayor y sólido. Es más, es el momento ideal para invertir en vivienda dado sus precios bajos.

6. ¿Venta o alquiler?

Hemos vuelto al punto en el que se realizan más operaciones de venta que de alquiler.

En primer lugar, como el precio de de la compra ha bajado, la gente prefiere invertir en su propia casa ya que proporciona estabilidad a largo plazo y, cuando vuelvan a subir los precios, podrá vender esa vivienda y sacar beneficio.

En segundo lugar, un gran porcentaje de personas que alquilan viviendas son estudiantes, gente que se acaba de mudar a otra ciudad, traslados labores de duración determinada…

Como estas casuísticas han disminuido drásticamente, hay más oferta que demanda de alquileres y, por tanto, los precios han bajado.

Todo esto resume los cambios que estamos experimentando como consecuencia de la pandemia, las nuevas necesidades inmobiliarias y que, posiblemente, se queden como tendencia a la hora de buscar casa.