La crisis de la vivienda en España va en una sola dirección y a toda velocidad

La crisis de la vivienda en España es el resultado de un profundo desequilibrio entre la oferta y la demanda, agravado durante más de una década. Cada año se construyen solo unas 90.000 viviendas, mientras que los nuevos hogares aumentan a un ritmo de más de 150.000, lo que provoca una creciente escasez y una subida continuada de precios, estimada entre el 5% y el 7% a lo largo de 2025, muy por encima del crecimiento de los salarios. Las medidas gubernamentales, como transferir viviendas de la Sareb, construir viviendas sociales, aumentar impuestos para compradores extranjeros o incentivar alquileres asequibles, no han logrado atacar el núcleo del problema: la insuficiente construcción. Entre los principales obstáculos están la falta de suelo disponible, la excesiva burocracia, el alto coste de los materiales y la escasez de mano de obra, lo que dificulta que promotores e inversores encuentren suficiente rentabilidad. Con un déficit anual de hasta 600.000 viviendas, los expertos advierten que la escasez seguirá empeorando a medida de que pase el año, impulsando los precios al alza y haciendo que el acceso a una vivienda sea cada vez más complicado para quienes no son propietarios, especialmente los jóvenes. Las políticas actuales, aunque bien intencionadas, no alcanzan a resolver un problema estructural que demanda medidas más audaces y enfocadas en estimular la construcción y subir los salarios para facilitar un mayor acceso a una vivienda digna.