Tres caras del nuevo mercado inmobiliario español
El mercado inmobiliario en España atraviesa una etapa de claroscuros donde crédito, alquiler y brecha generacional se entrelazan. Aunque la concesión de hipotecas ha alcanzado cifras récord gracias a unos tipos históricamente bajos, España también lidera en rechazos bancarios dentro de la eurozona. La escasez de oferta en alquiler y el alto precio de la vivienda empujan a muchas familias a solicitar financiación sin contar con la solvencia necesaria, reflejando la tensión entre deseo de compra y capacidad real.
Mientras tanto, el alquiler sigue disparado en Madrid y Barcelona, donde los precios ya rivalizan con los de Londres o París. La demanda internacional, el auge del trabajo remoto y la falta de vivienda disponible sostienen esta presión. En paralelo, los mayores de 65 años, dueños de casi el 90 % de las viviendas en propiedad, se consolidan como los grandes arrendadores del país, mientras las generaciones jóvenes ven alejarse la posibilidad de comprar. España enfrenta así un reto estructural: equilibrar acceso, inversión y sostenibilidad en un mercado activo, pero profundamente desigual.


